EL SECUESTRO DE LA
DEMOCRACIA
Por: Teresa Borges*
No
obstante parecer haberse calmado la situación de inconformidad en el país, lo
cierto es que continua el bombardeo de opiniones de miles de ciudadanos,
expertos, políticos, en fin nadie se calla haciendo uso del resquicio de
democracia que nos queda.
Hago
un esfuerzo encomiable por leer todo, analizar cada opinión con respeto y
tolerancia, las disidencias, así como las distintas propuestas.
Todas
tienen algo de razón.
Analizando
y mientras la mente divaga en la búsqueda de una alternativa viable, me vino a
la memoria un documental sobre el secuestro, y sorpresivamente, establecí el
símil.
Cuando
secuestran a un ser humano, violentan sus derechos individuales más sagrados.
Obvio, inimaginable que el secuestrado renunciara al derecho a la vida, y
seguramente para ello tendrá que negociar principios y valores tan solo para
sobrevivir y mantener la esperanza de la libertad.
No
deja de creer ni de importarle cuidar y mantener sus valores y principios, eso
nunca, pero ante una situación de vida o muerte, de sobrevivencia simplemente
tiene dos alternativas: se deja morir y con su muerte cree dignificar los
valores y principios que no quiso negociar o ceder momentáneamente; o, los
relaja, vive, sobrevive, y se aferra a una esperanza, a una quimera que ni
siquiera certeza tiene de verla florecer.
Lo
único cierto ante esta alternativa, es que si logra vivir podrá continuar
luchando para que prevalezcan esos principios fundamentales que vio pisoteados en un momento, que tuvo que ceder,
pero al final rescató… y aún más
sembrar.
Creo
que discutir cual es la mejor alternativa en nuestro país en la actual
situación, es elegir entre que el secuestrador logre matarnos o nos produzcan
la muerte por decisión propia, o sobrevivir luchando, aferrándonos al pequeño
halo de esperanza de ver un futuro de vida.
Esa
es nuestra lucha actual. La secuestrada es la democracia con todo lo que ella
implica. La decisión la dejamos morir o luchamos en cada espacio para que logre
sobrevivir y luego una vez bañada, limpia de las impurezas del secuestro,
alimentada con los sueños de todos, verla renacer fuerte y tenaz. Libre la
democracia y fortalecida en los valores y principios que anhelamos y que deben
regir una sociedad plenamente civilizada.
* Abogada egresada UCAB estudios postgrado derecho mercantil y maestría
procesal civil y de doctorado miembro del instituto panamericano de derecho
procesal, profesora de postgrado grado en la Univ. Santa María y Pregrado UCV.
Ex relatora corte primera Contencioso Administrativo, Co proyectista de la ley
arrendamiento 1999
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