5 de julio de 1811; El fundamento histórico de la actual lucha civil contra el despotismo
Por Abg. César Pérez Guevara*
Hoy
es 5 de julio de 2017, nuestra república cumple doscientos seis años de existencia
y nosotros sus habitantes, actualmente carecemos del ejercicio de nuestros
derechos democráticos. Nuestra escasez como nación no solo es espiritual, sino
que materialmente es imposible satisfacer en nuestro territorio las más básicas
necesidades humanas, pues la mayoría de nuestros compatriotas pasan los días y
las noches en la miseria con hambre y enfermedades, producto de la peor gestión
gubernativa de nuestra historia constitucional. Ante esta visión nada
estimulante, hablar de temas históricos es tan complicado como forzado, y
contar una vez más la típica perorata que nos enseñan de pequeños en las escuelas
luce por demás innecesario. No obstante ello, siendo que el 5 de julio de 1811 se
dio nada más y nada menos que nuestro nacimiento como nación, lo cual ha debido
configurar nuestra forma y destino, hemos tomado el encargo de rememorar esta
fecha en este año de 2017: año de rebelión civil, año de resistencia contra la
tiranía.
El
5 de julio de 1811 ocurrió en Venezuela un hito trascendental en la historia
mundial, un grupo de héroes —en su gran mayoría civiles—, a través del derecho
y no de la fuerza, decidieron que Venezuela debía ser libre de cualquier dominación
extranjera, y utilizando los conceptos de nación, pueblo y dignidad, retomaron
sus imprescriptibles derechos como grupo humano y declararon la independencia
definitiva del trono español. Es decir, los principales próceres a quienes
debemos esta gesta histórica como Juan Germán Roscio, Francisco Isnardi, Miguel
José Sanz, Francisco Javier Yanes y Francisco de Miranda, en sesión del
Congreso resolvieron que Venezuela debía ser libre, y sin blandir espadas, sin golpes
de cachiporra ni disparos de mosquetes, a partir de la razón civil nos dieron
la libertad que ostentamos hoy en día. ¿Pero en qué contexto ocurrió esta
declaración?
Nuestro
país —al igual que una buena parte de los territorios descubiertos por los
europeos en el llamado nuevo mundo— fue cedido por la Iglesia Católica a la
Corona de Castilla a través de las Bulas Alejandrinas, razón por la cual el
dominio legítimo de estas tierras pertenecía al trono dominante en España. Sin
embargo, en el año 1808 ocurrió la salida temporal del trono español de la
familia de los Borbones, en virtud de la usurpación del mismo por parte de la
familia de los Bonaparte en los sucesos conocidos como las abdicaciones de
Bayona, razón por la cual el trono español perdió el dominio legítimo que venía
ejerciendo sobre América. De este modo, Venezuela al quedar sin gobierno real decidió
darse su propio ordenamiento, y Caracas fue la primera ciudad en el continente
en crear el 19 de abril de 1810 una Junta autónoma de Gobierno, motivo por el
cual, desconociendo a los agentes bonapartistas, retomó sus derechos naturales
como nación. Sin embargo, a fin de conservar las formas y no actuar
abruptamente declaró su respeto a la legítima casa real de los Borbones, denominando
a su gobierno como “Junta Conservadora de los Derechos de Fernando VII”.
No obstante, el
actuar de Fernando VII —legítimo rey español por la casa de los Borbones— fue
terriblemente rastrero y servil en favor de los usurpadores franceses —al punto
de solicitarle a su emperador Napoleón Bonaparte que le adoptase como hijo—,
situación que junto a su demostrada cobardía hizo decidir a nuestros padres
fundadores a retomar completamente nuestro derecho a la autodeterminación y por
ello decidieron conformar la República de Venezuela; en efecto, nuestra primera
república se originó gracias a actos de resistencia civil en contra del despotismo
de uno de los tiranos más temidos en la historia universal, Napoleón Bonaparte,
quien a través de su hermano José pretendía dominar a España.
Luego de estos
sucesos lo ocurrido en Venezuela, corresponde a la historia popularizada por
nuestra historiografía, es decir, a las luchas militares en las cuales
Venezuela se vio inmiscuida, no solo por su propia independencia, sino por la
libertad de casi toda la América del Sur. Este clima bélico existente durante
tantas décadas creó en la mayoría del pueblo venezolano un afán heroico
militarista, a raíz del cual irresponsablemente hicimos a un lado todos los
recuerdos de nuestros padres civiles que nos dieron la vida como nación, y a
través del cual se nos adoctrinó con una historia en la cual concebimos al
caudillo militar bienintencionado como el único capaz de arreglar todos los problemas
de la nación, lo que alguna vez fue llamado el “Cesarismo Democrático” del
“Gendarme Necesario”; es decir, se nos enseñó a amar al despotismo y, lamentablemente
luego de cuarenta años de gobiernos de demócratas, en el año 1998 el país —por
evidente desconocimiento de nuestro origen civil—no eligió a un presidente,
sino a un vengador que prometía trasladarnos a las épocas de las heroicidades
militares, situación que desembocó en su tiranía megalómana, y fue sucedida por
el actual despotismo de su sucesor.
En este día, la
prensa digital e impresa expondrá que Venezuela celebra un año más de
independencia, de libertad y de soberanía. Los representantes de la tiranía
enarbolarán discursos demagogos atiborrados de lugares comunes chovinistas e
incluso habrá alguno que se ponga vestimentas propias de hace doscientos seis
años. Mientras tanto, los ciudadanos venezolanos que nos encontramos en
resistencia contra la tiranía actual tendremos por cierto: que hoy más que
nunca hay que seguir luchando contra el despotismo y que en una fecha tan
importante debemos rendir homenaje a nuestros padres fundadores civiles, dado
que, al igual que ellos siguieron una lucha desigual en contra de una tiranía
extranjera, hoy nosotros debemos ratificar esa independencia que nos legaron
pero contra una tiranía criolla que nos anula como nación. Por ello hoy más que
nunca debemos recordar el contenido de nuestra acta de independencia, en la
cual nuestros padres civiles nos dieron el nacimiento como república irremediablemente
libres, al decir “nosotros pues a nombre
y con la voluntad, y autoridad que tenemos del virtuoso pueblo de Venezuela,
declaramos solemnemente al mundo, que sus Provincias unidas, son y deben ser,
desde hoy de hecho y de derecho Estados Libres, Soberanos e Independientes, y
que están absueltos de toda sumisión y dependencia”.
* Director del Departamento de Historia y Filosofía Política del Centro de Investigación y Promoción de Cultura Jurídica; Productor y Conductor del programa radial Valores Venezolanos; Miembro de la Asociación Venezolana de Arbitraje; Profesor invitado UCV y UCAB; Abogado UCV con estudios en Filosofía. Twitter: @CPerezGuevara. Email: csperezg@gmail.com
Comentarios
Publicar un comentario