Constituyente
2017
(Mitos, realidades y
otras marañas)
Desde que el primero de mayo del 2017, el sátrapa
que hoy junto a una minoría de tiranuelos secuestra al país, anunciase la mágica
solución a los problemas de los venezolanos, que según ellos está contenida en
la Asamblea Nacional Constituyente (ANC), esos personajes se han dedicado a
difundir una cantidad de mentiras insostenibles desde todo punto de vista; conducta
que es propia de los regímenes totalitarios y tiránicos.
Los Mitos
Uno de los mitos más
difundidos por los interesados en seguir secuestrando el poder, es que la ANC
puede HACER LO QUE SEA, porque es un
poder originario y soberano. Ese argumento es totalmente falso y no soporte ningún
tipo de análisis político y mucho menos jurídico. Veamos porque: (i) Siempre,
desde hace más de 18 años, se ha dicho que el pueblo es quien tiene la última
palabra y todo lo puede, porque es el soberano; pero, ¿es tan soberano el
pueblo para crear un órgano capaz de hacer lo que sea? Si tal cosa fuera verdad,
el pueblo estaría sometiéndose a unas personas todas poderosas y en
consecuencia terminarían anulándose a sí mismos, porque perderían la soberanía
y la capacidad de determinar los designios de la sociedad. (ii) Ahora, desde el
punto de vista jurídico, la ANC es competente única y exclusivamente para redactar
un PROYECTO de constitución. Por otra parte se ha insistido en la ausencia de límites
de la ANC ya que es originaria, otra falsedad más, la soberanía es
intransferible, en consecuencia la ANC es una mera representante del pueblo y
no un poder originario, ya que tal poder es circunstancial y se refleja en la
consulta al verdadero soberano que somos todos los venezolanos.
La ANC por supuestos que
tiene límites, y no puede LEGÍTIMAMENTE
desconocer los valores republicanos de
nuestra historia, anular los tratados internacionales suscritos y ratificados válidamente
por la República y tampoco puede anular los derechos que la Constitución
vigente consagra, y esto no es sólo por el principio de progresividad de los
derechos humanos, sino porque los derechos existen por el hecho mismo de ser
humano; y que estén escritos en un texto normativo no significa que por ese solo
hecho deben su existencia, es por ese motivo que la ANC puede decidir eliminar
cualquier derecho de la Constitución, pero por ello no significa que ha anulado
ese derecho, ni fáctica ni legítimamente.
La Realidad
La
soberanía es la capacidad de todos los ciudadanos del Estado venezolano, para
auto determinar su vida en sociedad; es por ello que quien está legitimado para
tal acto de CONVOCAR a un proceso constituyente, son todos los venezolanos a
través de un referendo consultivo.
Desconocer
tanto en su inicio, como en su etapa final (de aprobación o no del proyecto de
constitución) equivale a darle luz a un ser sin vida; todo ello porque las
constituciones deben ser el resultado de un amplísimo acuerdo, pretender
imponer por vía de la fuerza un “orden jurídico” tendrá como resultado más probable,
que dicha “constitución” impuesta tendrá una duración muy corta, por no contar
con la aprobación de la mayoría de la población y muy probablemente resulte
inaplicable ese texto usurpador de la legalidad.
Las marañas
Con
esta jugada desconstituyente, se pretende como en 1999 desconocer, –más aún–
cualquier tipo de orden jurídico, en el sentido de que se busca que la ANC “gobierne”
en paralelo, y como a decir de todos los pensadores del mal, la ANC todo lo
puede, buscará anular la Asamblea Nacional, designar nuevos jueces a dedo sin
ningún tipo de proceso que pueda depurar a los candidatos, remover magistrados incómodos
en el TSJ, podrá tener una duración infinita de tiempo, convocarse cada vez que
haya una crisis política, extender el período presidencial, así como nombrar
otro presidente y en fin cualquier tipo de jugada que sirva para secuestrar aún
más el Estado venezolano, de forma ilegítima.
¿Qué podemos hacer?
Ante
este estado de cosas, todos desde la preocupación que conlleva el hecho de pensar
en que pueda materializarse tan peligrosa artimaña desconstitucionalizante, nos
embarga la duda y la angustia de que podemos hacer. Lo primero que debemos
hacer, es recordar que somos seres humanos y por ello somos irremediablemente libres como
nuestra nación, asumir que el país está sometido nuevamente por el yugo tiránico
tanto de intereses nacionales como internaciones, y una vez asumido estas
penosas realidades, debemos hacer valer nuestras condición de seres humanos
libres, pelear y resistir por nuestra libertad, pero no para luego vernos
sometidos por otra fuerza política, esa lucha debe ser por la recuperación de
la democracia y sobro todo del Estado de derecho; es decir, el gobiernos de las
leyes y no de los hombres, así como la sujeción y limites del poder a esas
leyes.
Triste
resulta afirmar, que las opciones democráticas y jurídicas en nuestro país están
ya agotadas, es por ello que como individuos consientes de nuestros derechos,
debemos resistir y luchar para alcanzar el ideal particular, que al final
redundará en el beneficio del país.
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